domingo, febrero 05, 2006

Ólger Martínez, el culebrero que también sale en el libro de Los Olvidados, apareció al rato y después del saludo se fue a buscar a su padre.

Cuando lo conocimos hace tres años estaba en plena calle manipulando una serpiente cascabel de metro y medio, y vivía al frente de su papá. Hoy reside en una ‘urbanización’ atrás del pueblo. Se trata de un nuevo barrio de ranchos cuyas columnas son de guadua y los techos de paja, que apenas están levantando.

Las paredes del hogar son de cañabrava, el piso en tierra y allá tiene la cama matrimonial, una hamaca venezolana donde caben seis personas, la mesa del comedor y otros enseres. También mantiene un par de canecas donde guarda las serpientes venenosas que captura para venderlas a un señor de Aguachica que hace con ellas de todo, hasta una pócima que, dicen, sirve para curar el cáncer.

Hace poco la Policía le quitó tres culebras porque la caza está prohibida en la región. Tito lo defendió ante la autoridad y argumentó que era una buena labor para la comunidad porque esos animales eran muy peligrosos por su ponzona y que fuera de eso sus partes servían para hacer medicamentos que curaban. Los policías no le comieron cuento y les quitaron los animales.

Ya iban a ser las cinco de la tarde y Tito estaba por llegar.


Como dicen en las series de televisión: “Esta historia continuará…”. Posted by Picasa

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